Andrea Romero se convirtió en tendencia digital en 2021 cuando ingresó al Palacio de Nariño y sorpresivamente sacó de su bolso una piedra, que se la entregó al entonces Presidente de Colombia, Iván Duque, como símbolo de lo que ella llamó "la fuerza constructora" de los jóvenes cristianos, congregación a la que pertenece, en el país de la postpandemia.

"Estábamos en medio del estallido social y se lanzaban piedras contra la policía, la que yo le entregué al presidente Duque tenía otro significado, simbolizaba la piedra que construye", sostiene.

Romero, además, fue elegida consejera de juventud de su localidad, la de Riomar en Barranquilla con una de las votaciones más altas de la ciudad.

"Lo mío es trabajar para visibilizar la capacidad creadora de los jóvenes", afirma.

Es, tal vez, por ello que hace un año decidió candidatizarse al concurso Miss Mundo porque después de estudiar todos los escenarios entendió que este es el de mayor calado mediático. 

"Los reinados en Colombia se convierten muchas veces en escenarios negativos, yo los entiendo como un elemento de mercadeo social, este de Miss Mundo tiene un tinte diferente, es belleza con un propósito", manifiesta esta caribeña de casi un metro con noventa centímetros de estatura, que mide cada palabra para que su mensaje tenga sentido.

Romero es la primera de cuatro hermanas de un matrimonio de una educadora y un estratega político que convirtió su vida en un escenario de posibilidades y que ha generado durante años, a través de su cuenta en TikTok, una conversación millonaria en seguidores entre jóvenes cristianos como ella.

Graduada del colegio Hebreo de Barranquilla con las calificaciones más altas de su generación (2023) y becada por la fundación Tecnoglass, propone la construcción de escuelas de liderazgo comunitario en los municipios del Atlántico.

Con esa propuesta y un discurso potente en el que se dicen cosas que signifiquen y se alejen de la versión estereotipada de la reina del "hombre con hombre, mujer con mujer", Romero Bretón convenció a un jurado que busca como ella que los reinados sean elementos de transformación donde además de las cualidades físicas se destaque a mujeres que tengan contenido.

Y eso parece ser lo que tiene esta espigada mujer que manifiesta públicamente que "la belleza pasa y el propósito queda" en un país donde los reinados siguen siendo importantes para muchos que ven más allá de la piel a personas que con su aspecto físico quieren llamar la atención para luego aportar con su personalidad.

Romero será ahora la representante de Colombia, después de ser elegida este 3 de agosto en Bogotá, en un evento internacional a donde llegará en 2025.

El concurso, que nació en Londres en 1951 y es el más antiguo del mundo, tiene un premio de un millón de dólares para la ganadora del certamen mundial, ese millón se debe invertir en el proyecto que presentó originalmente la concursante en su país, en el caso de Andrea Romero este se llama "Voces de Esperanza" y es un centro de emprendimiento que apoya a jóvenes víctimas de matoneo en salones de clase y redes sociales donde se logre a través de sus emprendimientos superar el daño psicológico que produce este fenómeno social.

Andrea se define como una reina diferente, no distinta, que tiene claro que mañana es hoy y que en cuestión de belleza la cosa es muy subjetiva, lo que vale, dice ella, es lo que está adentro.

Por Shirley Bretón